Uno como hijo, tiene que respetar a su padre; como creyente está como mandamiento de Dios, pero... ¿Que pasa cuando ese PADRE no da su brazo a torcer y siempre está causando daño en cada acto? ¿Como hijo siempre hay que estar ahí? ¿Cuanto más se tiene que aguantar? Uno simplemente tiene que pedir a Dios la verdadera fuerza para no rebajarse al nivel de pecado que está realizando, el principal, alejarse de la familia; y el siguiente, alimentar el nulo amor que como hijos teníamos hacia un súper héroe que de niños lo idolatrábamos.
Realmente uno como hijo aguanta todo, pero todo tiene su límite, unos simplemente dejamos por la paz todo y nos alejamos, en cambio otros realizan la guerra campal que al final hace que se alejen más y se queden más solos cada día.
Un hijo siempre tiene que respetar a su padre, pero todo tiene un límite, aunque el mandamiento de respetarlos nos saque de nuestras casillas y nos haga alejarnos de Dios, en ese mandamiento. Sólo se pide fuerza y misericordia para ese ser que de igual forma nos dió el gen de vivir, en lo cual sólo se vuelve un ejemplo de no ser igual a ellos.
Esta es una perspectiva del daño que ocasiona cuando un padre se aleja del amor, se aleja de Dios, porque Dios es más grande que los problemas y el solucionará todo, a pesar de los actos de nuestros papás.
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