Hay veces que las circunstancias de la vida te hace cometer demasiados errores, en lo cual no sabes al final hacia donde avanzar; uno bien sabe que todos somos buenas personas, hasta que se demuestre lo contrario y ese contrario es la vil maldad pura que todo ser humano puede experimentar.
El hombre puede matar, ya sea con las palabras o acciones; puede ser infiel, no solo en una relación de pareja, sino a sus principios; puede robar, no sólo algo económico, sino en especie; puede mentir, en todas las directrices existentes. Quizás eso pase, de lo que llevl aprendido de la vida, de las miradas que penetran en la sociedad, de la convivencia día con día en la gente que nos rodean, pero sobre todo de las acciones que uno realiza.
El hombre más malo del mundo está en nosotros, tanto así que mucha gente ha metido mucha leña al fuego para hacerlo realidad. Todos podemos ser malo, cuando hay una persona que está ahí dominando esa entrada que se dejó abrir, para que se cometan las peores hazañas que existen.
De mi parte la fidelidad esta en el ser, en la esencia de cada uno, pero cuando se pierde, es que se convierte en la peor persona del mundo, no solo de la gente que lo rodean, sino de uno mismo. Aprendamos a conocernos, a buscar una fidelidad a los ideales personales, para así poder emanar lo que profesamos que es el amor, para dejar de ser el hombre más malo del mundo.
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