Hay que reconocer que el amor ya se perdió.
Hay que pensar que la felicidad no está en ambos.
Pero sobre todo hay que comprender a el amor con la verdad.
El mirar al cielo y ver las nubes grises.
El observar que los árboles cambian de verde a café.
El percatarse que la mirada de sus ojos muestran dolor.
Pero sobre todo ver que es feliz en otros lugares y no aquí.
Sentir la vibra del amor en cada palabra de aliento.
Tocar la piel del alma y ver en sus ojos “no me quiero ir”.
Conocer en sus manos la palabra amor pero perdiendo fuerza en casa paso hacia adelante.
Y finalmente un tacto sincero de agradecimiento que llega al culmine de un lindo final.
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