A mi me contaron una historia, donde me decían que los hombres son todos iguales, que buscan solo a una mujer y se las cojen y luego de un tiempo se van, además que simplemente eran los patanes más codiciados de la edad y sobre todo un don Juan, que presumían una belleza y una herramienta que según los hacían sentir la octava maravilla del mundo. Pero no es cierto, no todos los hombres son iguales, muchos quieren hacer la diferencia, ser un simple mortal que cree en el amor, que cree en el sentimiento puro de dar lo que puede a la persona amada.
Un hombre de verdad no anda prometiendo cosas que no va a cumplir, no anda ofendiendo a una persona para alejarla, sino que procura con un simple respeto hablar de lo que realmente siente.
Un hombre enamorado, no olvida de la noche a la mañana un Ex amor, sino que lleva su duelo el tiempo justo, para así poder entregarle todo a la persona que vaya a escoger para compartir la vida, pero cuando el sentimiento es mutuo, procura estar ahí con la persona que se robó su corazón, para darle más que un simple cariño.
Un hombre que ama, conoce a Dios y simplemente es un ser humano que procura hacer sus funciones con respeto y valor.
Un hombre que siente, no olvida, sino aprende a superar los malos ratos de la vida. Un hombre da, a la persona que sea, su esencia, para demostrar que el amor lo tiene, hasta para una amistad.
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