Hasta el día de hoy pude entender que eres mi gran amor, que no puedo olvidarte, que estas presente en mi y que me duele haberme enterado de lo que supe. Quizás sea un tonto por no haberle hecho caso a una persona por esperarte a ti, quizás el que se enojara la gente de mi pues les hablaba de ti; fue en vano.
Contigo aprendí estar arriba y abajo, aunque ahora este por enterrar lo poco que quedaba de mi. Ya es tiempo de dejar de mendigar amor, de luchar por lo que viene, de tomar las riendas y volver a todo. Eso de la depresión hay que dejárselo a otras personas; si estoy llorando, llorando de impotencia, llorando porque fui un tonto por pensar que regresarías, llorando porque mi amor sigue en pie, por alguien que ya escogió a otro y aprendiendo a escuchar mis consejos.
Te eliminé, no porque quise, sino para llevar bien el proceso de superarte, pero a partir de ahora, hay que enterrar muchas cosas que son reales, el sentimiento y los sueños que están en puerta.
Simplemente gracias, de nuevo gracias por dejar que mi mente aclare lo que se venía venir. Gracias por decirme que yo era quien sería el primero en tener algo, gracias por decirme que las personas nunca cambian y gracias por decirme que aprenda en quien confiar.
Adiós panquesito, Adiós a todos los recuerdos y le pido a mi Dios que te bendiga y te proteja para siempre.
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