La vida misma me ha enseñado que no hay que empezar rápido una relación, porque después no va a funcionar, bueno eso dicen; que se debe de dar el tiempo uno mismo para poder conllevar el duelo, con el debido respeto y amor como persona. La vida misma te ayuda con ello, cuando ya tomaste esa hermosa decisión, el dejar todo atrás, el luchar por un mundo mejor, pero sobre todo vivir cada instante a como se tiene aprendido.
Una ruptura amorosa no debe de significar el fin del mundo, sino el comienzo de un proceso en el cual tiene que unirte a Dios o un ser inferior que te mande luz, y sobre todo te ayude a buscar ser mejor persona. Una persona capaz de amar, de verdad; una persona que es humana, que comete errores y que simplemente esta llegando a este mundo a vivir con plenitud las cosas que nos rodean.
El amor tiene que ser real, donde se haya vivido esa etapa donde ambos realmente estaban preparándose para ser algo, no siendo algo y luchar empezar de nuevo con alguien más. Una persona me dijo, date tu tiempo, no busques una relación muy pronto, porque no estas buscando un remplazo, sino alguien que te acompañe en la vida, alguien que sea capaz de estar allí y viceversa, ese alguien que te ayude a ser mejor persona y que no busque interés económico, ni social; sólo interés enfocado en alimentar el alma y el ser. Ese alguien que sea humano, que no se crea una cosa, que simplemente, te ayude a ser mejor persona y que te enseñe a amar como no lo has hecho.
El amor es una decisión, que es más de un sentimiento, que es eterno, sin distinción alguna y sobre todo único; que te da una fuerza de voluntad para realizar las cosas, pero si no está, hay que seguir esperando.
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