Había una vez un hombre que llegaba a la iglesia, que se dedicaba solamente a su servicio hasta que se dio cuenta que le atraían los hombres, tuvo su primera vez en la secundaria a la edad de 14 años, así fue como experimentó momentos con hombre pero con mujeres no, se enamoró de uno más chico que el cuando tenía 16 años pero a la edad de 18 años se volvió a enamorar y le engañaron por segunda vez. Cuando se dio cuenta ya estaba muy lastimada la herida en su alma y sólo se dedicó a tener sexo con todo el que le gustaba o le decía cosas bonitas, hasta que llegó un día y conoció a un chavo en una clase con la maestra consuelo, la materia Teoría de la Administración en su carrera universitaria. Pero no guardó tanta postura que pensaba que ya lo conocía y si era cierto, si lo conoció.
Él nunca pudo zafarse de su pasado, al mismo tiempo que andaba con este chavo, mandaba mensajes con otras personas, no se citaba pero cuando tuvo la oportunidad, tenía sexo, este niño se enteró y al final se resolvió pero la herida en la vida del chavo siguió, todo estaba bien pero este chavo volvió a caer y volvió a surgir la otra herida y todo se derrumbó, la inseguridad y la desconfianza siguió por todos lados, aunque las cosas estuvieran bien todo cayó.
Aunque hayan terminado, intentaron volver; pero este chavo que tenía 14 años que perdió su virginidad con un hombre, se enamoró de un hombre y al final lo engañó por otro hombre y toda una relación estable de dos años y 4 meses se perdió.
Una historia corta, con engaños en su vida y al final uno mismo se engañó.
Buscar amor ya no es justo, pues aunque lo profeses es mejor no mencionarlo y al final todo se derrumbó.
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