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Fotografía tomada por Fabian Hernandez para Fasito HerCas Fotografia |
Caminando estaba cerca de la casa
de la abuela cuando veía que todos estaban muy preocupados, sus caras no lo podían
ocultar, quizás mi tía candelaria no lo podía ocultar y me dice al momento de
decirle que pasa que no veo casi a nadie ahí: “se llevaron a tu abuelita al
hospital” su cara de preocupación estaba por todo su cuerpo, no lo pudo ocultar
aunque quiso disimular que su hermana estaba mal, yo me preocupe y solo le
mencioné “espero que este bien pues tenía un mal presentimiento a esto”. De ahí
caminé hacia mi casa después de un día muy normal y diferente en mi día donde
solo la persona importante en mi vida pudo hacerlo diferente y al llegar a mi
municipio se volvía normal.
Pasé la noche orando para que
todo estuviera bien pero quizás eso no fue necesario, me despedí de todos y me
acosté a dormir.
Aunque a veces pude imaginar un
mundo donde solo el amor estuviera vigente, donde solo una lágrima sea de
felicidad, donde solo el perdón y comprensión exista en este mundo pero al
final fue un sueño más. Me levanté un día lo más normal y rutinario mi mamá me
preparó el desayuno como todos los días de escuela y me despedí para ir a la
escuela, o simplemente es lo que recuerdo pero no sé si eso pasó.
Ya estando en la escuela, tomando
mis clases de lo más normal posible, riendo con las personas que me hacen
sentir bien y amando a esa persona que se estaba volviendo importante en mi
vida y estaba ahí para mí, una persona demasiado buena y que me mostraba un
mundo completamente diferente.
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Fotografía tomada por Fabian Hernandez para Fasito HerCas Fotografia |
11:31 de la mañana recibo el
primer mensaje de mi papá, no le tome importancia pues decía que mi mamá necesitaba mi apoyo no tenía ni
idea lo que estaba pasando, Ricardo me dice “¿será que está pasando algo allá?”
yo le respondí “siento que no”, no le tome importancia al mensaje y me dediqué
a tomar el día lo más tranquilo y sin presión que siento en toda mi vida.
Luego de un tiempo otro mensaje
de la misma intensidad “tu mamá te
necesita repórtate en Jalpa” no pensé que eso fuera así, las palabras en
claves no me gustan y aun así me dedique a mi día.
Ya terminando el día me dice
Ricardo ya en la terminal “pase lo que
pase me dices, sabes que estoy contigo” al igual que Sanabria “sabes que yo te apoyo en lo que pueda” y
los dos me abrasaron.
Me puse mis auriculares y me
dispuse a escuchar primero a Belinda con la canción que me gusta de ese disco
que en ese año salió “Cuida de mí” y cerré los ojos para disfrutarlo.
Al abrir los ojos ya estaba
en Jalpa de Méndez, no me percaté de que canción estaba escuchando, pagué y
bajé del transporte, seguidamente me dediqué a caminar el mismo recorrido de
siempre, pero al observar vi una lía amarrada de poste en poste, no me pude
asimilar esto, todo se vino rápido, no pude sentir los pasos que di al atravesar
la Súper Sánchez y la casa donde rentan sillas, doble estaban muchas sillas
acomodadas con gente paradas y sentadas platicando pero no me fijé que estaban
haciendo, solo miré un ataúd ahí en la sala de la casa de mi abuela, no quise
aceptarlo pero era real, caminé temblando, no me fije de las lágrimas pero me
quedé callado, observé a las personas que estaban en la sala y miré al fondo y
estaban viéndome ahí solo llorándole a un ser que me enseño una cosa, a amar.
No pude fijarme de cuánto tiempo
duré ahí, solo quise estar ahí dándole gracias a Dios por habérmela dado y por
mantenerla vida y que me la hubiera dado hasta que todo estuviera bien para
todos.
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Fotografía tomada por Fabian Hernandez para Fasito HerCas Fotografia |
Estaba ahí en su ataúd, no le
pude dar mi collar de la virgen de Guadalupe, me daba pena pero ahora estaba
llorando y diciéndole gracias a un cuerpo que ya no oye, ni ve y se mueve. Ahí estaba
yo como un niño extrañando a una persona que fue importante y que ahora no
está.
Me levante quizá odiar a las
personas que no me avisaron pero al final me dije todo pasa por algo. Comprobé
que era el último en enterarme, lloré con mi Tía María y al final solo me quedé
con la satisfacción que fue una mujer guerrera que vivió amando.
Si escuchas mi voz, cuida de mí estés
donde estés.
Hoy hace un año sé que la
recuerdo y doy gracias a las personas que estuvieron ahí apoyándome, en
especial al amor que me apoyo hasta el día que fue sepultada, que hasta con
mariachis la despidieron y las ultimas lágrimas fueron de un hasta pronto…
… Y esa luz del alba se apagó
para encender una estrella en el cielo.
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